Ya estoy listo
para irme de este cielo,
hacia lo pálido.
Todo no cesa
de ser charco,
ilusión, pantalla de plasma,
una gota y otra gota
golpeando, perdidamente,
la mano del anciano concursante.
Estoy listo
para el camino variable,
mi camino andar,
y una y todas las puertas
exigen tiernamente
un rato de silencio.
No es que sean groseras:
deben prepararse
para próximos Huéspedes.