Ha llovido

Ha llovido
–sobre miles de nosotros
y sobre miles de ellos,
sobre objetos pesados,
casas, carros, ha llovido.
Es una lluvia sucia,
mujeriega, larvática,
una lluvia que no respeta
las devociones,
una lluvia hinchada
de esputo y blanca sífilis.
Pronto sabremos
lo que es vivir en lo lento.
Lentos son los pensamientos
de algunos moribundos
que bebieron en charcos
algo parecido al amor,
y hoy nos miran ausentes.
Seamos consecuentes
con lo mojado, pues.
Seamos consecuentes
con los patios vacíos
de las escuelas vacías.
Seamos consecuentes
con las canciones
mudas de escuchar lo que cae.
Esta lluvia donde arde el tedio.
Esta lluvia que quiere
reinar en todas las cavidades.
Esta lluvia que asusta
a hombres y alacranes, por igual.