Obispo

A la mujer de Obispo le salió un tumor.
Le salió un tumor
y Obispo, él está todo preocupado.
Me lo encontré en el parqueo
y hablamos un poco,
y después bajé a la playa,
y desde allí contemplé los volcanes,
que son el mobiliario
que Dios puso en este lugar,
y escuché los movimientos mínimos del agua,
y un perro ladró,
y un perro se acercó,
y un perro meó,
y yo me puse a imaginar
que en el fondo del lago había una ciudad
sumergida con sacerdotes fabulosos
realizando un concilio infinito,
dirigiendo la rotación de los astros,
y diseñando el choque de las fuerzas espirituales.
Pero después me puse a pensar en Obispo,
y me puse a pensar en su mujer,
y me di cuenta que se hacía tarde,
y el perro aún estaba allí,
aunque ya no ladraba.